Aplicación del mapa
Los problemas no son objeto que se puedan describir. En realidad, son interpretaciones subjetivas de un observador. Cuando alguien percibe que las circunstancias no son favorables para satisfacer sus intereses, surgen los problemas. Estos no existen de forma independiente, sino que son construcciones mentales basadas en nuestras percepciones y valoraciones.
Es importante comprender que dos personas pueden enfrentar la misma situación y tener percepciones y opiniones completamente diferentes sobre si es un problema o no. Esto se debe a que cada individuo evalúa las circunstancias desde su propia perspectiva (su mapa), considerando sus necesidades, expectativas y deseos.
Lo que uno considera un problema, otro puede verlo como una oportunidad o incluso como algo insignificante. Es decir, es la opinión del individuo sobre la situación lo que crea el problema, en lugar de ser algo inherentemente existente y objetivo.
Al comprender que los problemas son interpretaciones subjetivas, podemos adoptar una mentalidad más flexible y abierta. Al hacerlo, ampliamos nuestras opciones y nos damos la oportunidad de encontrar soluciones creativas.
Es fundamental recordar que los problemas son productos de nuestra interpretación y que tenemos la capacidad de cambiar nuestra percepción y enfoque. Al cuestionar nuestras convicciones y prejuicios, podemos transformar problemas aparentemente insuperables y ponernos en movimiento para resolverlos.
Según cada persona interprete y dé sentido a lo que está ocurriendo, definirá el problema. La herramienta del coach para ayudarlo a mantenerse objetivo y ayudar al cliente a analizar su problema de la forma más útil posible es la estructura del discurso. Esta herramienta permitirá al coach ayudar al usuario completar una descripción estructurada y coherente de la situación desde el mapa del usuario, sin que interfiera el mapa del coach y permitiendo al usuario gestionarla con sus propios recursos.